A medida que tu aplicación alcanza temperaturas críticamente altas, la elección de la grasa se vuelve igualmente crítica. Seleccionar una grasa que no esté pensada para temperaturas extremadamente altas puede provocar resultados no deseados. Estos desastres incluyen la rotura del espesante de la grasa, la oxidación extrema del lubricante y las fugas de lubricante, todo lo cual aumenta los costes de reparación y aplicación.
Para asegurarte de que tu grasa para altas temperaturas es el lubricante adecuado, debes examinar los tres componentes principales de la grasa: aceite base, espesante y aditivos. Cada componente afecta al comportamiento de la grasa a temperaturas elevadas. En este artículo, exploraremos la importancia y la influencia de cada componente en el rendimiento a alta temperatura de una grasa.
Características del aceite base
Dos propiedades principales del aceite base afectan al rendimiento a alta temperatura: el tipo de aceite base y la viscosidad. Las grasas tienen varios tipos de fluidos. Los aceites nafténicos son habituales en las grasas jabonosas como las de complejo de litio y aluminio, ya que tienen buena solvencia para los espesantes jabonosos, pero escasa volatilidad y estabilidad a la oxidación. Subiendo una marcha, los aceites minerales de base parafínica son más refinados y suelen ofrecer mejor estabilidad oxidativa que los aceites nafténicos. Los aceites de base sintética, siendo el más popular la polialfaolefina (PAO), proporcionan una mayor estabilidad térmica que los aceites de base mineral, garantizando una mejor estabilidad a la oxidación y una menor pérdida de viscosidad a altas temperaturas.
En cuanto a la viscosidad del aceite base, es importante pensar en términos de espesor de la película de fluido. Cuando una grasa con un rango bajo de viscosidad del aceite base está a temperaturas elevadas, la película de fluido puede volverse demasiado fina para una protección y lubricación adecuadas de la superficie metálica. Esto puede provocar una mayor separación del aceite de la grasa. Por el contrario, los aceites base de mayor viscosidad (mínimo ISO 220) son más adecuados para aplicaciones a altas temperaturas, en las que el espesor adecuado de la película del aceite base sobre la superficie metálica permanece intacto a pesar del ambiente más caliente.
Estabilidad del espesante
El espesante elegido debe tener una gran estabilidad térmica, así como una gran consistencia (grado NLGI) para soportar el reblandecimiento y la excesiva pérdida de aceite a temperaturas elevadas. Los tipos de espesante de la grasa influyen en la estabilidad a altas temperaturas. Por ejemplo, los espesantes de 12-hidroxiestearato de litio se encuentran habitualmente en las grasas multiusos, pero tienen un punto de goteo en torno a 180°C (356°F) y no pueden utilizarse por encima de 120°C (248°F). Los espesantes de jabón complejo, como las grasas de complejo de litio y de complejo de aluminio, junto con las grasas de poliurea, tienen puntos de goteo más altos, en torno a 260°C (500°F), y han mejorado la estabilidad a altas temperaturas, pudiendo utilizarse a temperaturas de funcionamiento de hasta 175°C (350°F). Los espesantes de sulfonato cálcico presentan una estabilidad a altas temperaturas aún mayor, con puntos de goteo superiores a 300°C (572°F) y, con aceites base sintéticos, pueden alcanzar temperaturas de funcionamiento de 195°C (383°F).
Aditivos
Además de las características de alta temperatura proporcionadas por el aceite base y el espesante, la estabilidad de la grasa puede mejorarse aún más con aditivos antioxidantes para prolongar la vida útil del lubricante. Los antioxidantes actúan como eliminadores de radicales para reforzar la resistencia a la degradación del lubricante. Disponer de muchos tipos diferentes de antioxidantes, que se activan a distintas temperaturas, crea un paquete de AO que aumenta significativamente la longevidad del lubricante y ayuda a mejorar el rendimiento de la volatilidad.
Conclusiones
Cuando el entorno de tu aplicación requiera una grasa para altas temperaturas, recuerda que no todas las grasas están diseñadas igual. El espesante de la grasa, el tipo de aceite base y la viscosidad, junto con el paquete de aditivos, son todos factores críticos para el rendimiento o la duración de esa grasa a temperaturas elevadas. Tener en cuenta estos factores garantizará una lubricación adecuada de la grasa a pesar de su entorno.